Quizás el domingo, al ser el último día
de la semana, es un día curioso, por lo general te levantas tarde, por
múltiples circunstancias aplicables, (cada uno la sabe).
Seguramente, tendrás que hacer muchas
cosas para avanzar durante la semana, pero cuanto más cosas tienes que hacer
menos ganas tienes de hacerlas. Entonces, empiezas a pensar, recapitular sobre
tu vida y te das cuentas, de todos los episodios que llevas escritos.
Algunos buenos, otros peores, pero sin
duda todos forman parte de tu esencia, de ti y no los puedes obviar.
Te acuerdas de los buenos momentos cada
siempre, ya que estos te ayudan a seguir en el camino en tus días grises. Sin
embargo, de los peores, casi ni te acuerdas ¿quizás por el daño que nos hace echar
la vista atrás y recordar? ¿Quizás porqué lo has superado y no tienes ninguna ganas
de acordarte?
Quizás las cosas positivas que sacas de
los peores momentos, son por un lado, darte cuenta de la gente que de verdad te
aprecia, que esta contigo y que no te va a dar la ‘puñaladas traperas’ ni hacerte sentir: amigo/familiar de tercera,
puesto que sigues siendo el mismo. Otra de las cosas, es que sin esperarlo
vienen a tu vida personas que te dan su amistad, comprensión y apoyo
desinteresado, unas veces son personas que llegan por casualidad (unos
conocimientos nuevos a nivel profesional; por ser compañeros de un nuevo
trabajo; por amigos/as que te los presentan,…) y otras son personas que ya
estaban en tu vida, pero que no formaban parte de tu círculo de amistades, es
decir, son ‘conocidos de vista’ que
comparten algo contigo en un determinado momento de tu vida.
También suele ocurrir, que aquellas
personas que consideras que se van a alegrar de las desgracias que te ocurren
son de las primeras es tenderte la mano.
Por no decir, que las cosas negativas de
tu vida, te hacen madurar y darte cuenta de muchas cosas.
A día de hoy no cambiaría nada de mi
vida, supongo que habré hecho cosas que no debiera, no me habré portado del
todo bien con personas, no habré entendido decisiones que en cierta medida me
han marcado, positiva y negativamente hablando.
A
todos/as aquellas personas que han llegado a mi vida cuando más las necesitaba ¡¡¡gracias!!!,
y los que ya no están en mi vida por circunstancias diversas, buen camino
y espero que no se vuelvan a cruzar en
el futuro. No os guardo rencor, pero tampoco os quiero tener presente en mi
vida, ya estuvisteis y si no lo estáis en el presente por algo será.
En la vida, cuando se pasa página se
continúa la lectura y no se puede dar marcha atrás, y ya se sabe: “A los que hoy te dan la espalda, la vida les
obligará a mirarte de frente”.
Hay que estar con las personas que te
apoyan, aprecian y quieren, sin condiciones y por como eres. Siempre hay que
estar abiertos al perdón y si cabe reconciliación, pero no volver al punto en
que se terminó, habrá que ver si se puede hacer borrón y cuenta nueva, eso no
solo depende de uno. Dependerá de las circunstancias que te vayan pasando, y si
te sirven para rectificar, bienvenido serás.
Un consejo: Vive, deja vivir, y perdona
para poder ser perdonado.