Erase una bufanda.
Nunca te paras a pensar, sobre los objetos que pasan contigo millones de horas y que en algunos casos no es así.
Por ejemplo, una bufanda, de lana, que nos abriga en invierno, nos cuida la garganta, nos resguarda del frío...
Derrepente un día, la bufanda se cansa de tener esas funciones, y como le ocurre a la bufanda aventurera, rosa y blanca de Mery, decide tomar café, ir sola en el autobús, entre otras...
Moraleja:
No dejes que tu bufanda te abandone, edúcala y adiéstrala.
(Dedicada a Mari Carmen, P.P.)
Las historietas que estoy publicando y seguiré publicando han ocurrido mientras estudiaba derecho.
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