sábado, 30 de abril de 2011

ESE PEZ BLANCO, BRILLANTE DE LA PECERA DE LOS CHINOS, Y CON ESE ¡¡ERAN TRES!!

Tras pasar una muerte de un ser querido, ser robada en tu casa tres días después del entierro y sufrir un ataque de nervios. Sedada por el diazepan, te dispones a reanudar tus clases (tan interesantes, impartidas por personas tan célebres, tan intelectuales,...). En fin que semana santa tan bonita y maravillosa he vivido, te aseguro que no la voy a olvidar en la vida.
Era jueves, si de esos jueves que nos quedábamos a comer con Charli, yo seguía sedada por las pastillas antidemonios que me estaban suministrando, total que entre Mery y él, me convencieron para ir a comer al chino que ahí cerca de la universidad.
Entramos los tres, en aquel preciosos antro lleno de fuentes y figuritas propias de los chinos.
En mitad del restaurante estaba "LA PECERA", nos sentamos en la mesa paralela a la misma, es decir la segunda mesa a la derecha.
Pedimos para comer, como tardaban en servirnos, contemplábamos atónitos los peces ¿¿3 peces??,eran dos peces naranjas a rayas (supuestamente), es eso que Noemí, observa como en el borde superior izquierdo de la pecera, había un extraño pez, de color blanco, brillante con púas y fosforescente, estaba como solitario, buscando un lugar para morir.
Claro, esta descripción de este pez, al parecer solo la podía visualizar yo, todo el rato estaba ahí, ese pez, flotando y pavoneándose en la misma, les comentaba a ellos "No lo veis, esta ahí", son tres peces no dos entonces.
Mery y Charli se descojonaban a más no poder, diciendo: " No, Noe, no, jajaja, no, Noe, ahí solo hay dos peces y lo que tu ves es una rama del decorado que se ha soltado y ha ido a parar a la esquina de la pecera."Yo seguía con mi erre que erre, que no , que eso era un pez raro de los chinos, blanco y brillante. Un chaval que estaba comiendo solo (oyendo su mp3) en la mesa de al lado nuestra, total que como somos tan discretos y calladitos, el individuo se estaba riendo de la situación y se introdujo en nuestra conversación, confirmando que eran tres peces, dos naranjas a rayas y uno negro que estaba entre las piedras, y lo que yo estaba visualizando no era más que un trozo de decorado, tal y como me habían dicho tres millones de veces, mis amiguitos.
Conclusión:
Cuando veas una pecera llena de peces, asegúrate de que esta contenga tres peces, da igual si son imaginarios, raros de eso de los chinos o reales.
(Dedicada a MariCarmen P.P y Carlos O.III de Picassent).

1 comentario:

  1. Este suceso ocurrió en el año 2006, me parecía graciosa la situación. Espero que os guste.

    ResponderEliminar